MUSEO ETNOGRAFICO
Casi con un pie en Portugal y otro en Extremadura, Navasfrías es la ventana más abierta de la comarca de El Rebollar. El museo Etnográfico refleja esas relaciones antiguas con vecinos levemente distintos.
Se encuentra en la PLAZA MAYOR, 1, en el edificio del Ayuntamiento.
Este museo cuenta con un fondo que supera las 600 piezas, abarcando todas las facetas de la vida rural. La variedad que observamos en piezas que podrían ser casi idénticas nos habla de la evolución de las herramientas. Bien lo sabia Don Manuel Ramos Andrade, hijo pródigo y benefactor de Navasfrias, que promovió entre sus habitantes la recogida de todo este patrimonio.
Si empezamos el recorrido en sentido contrario a las agujas del reloj, lo haremos por uno de los materiales que utilizó el hombre: la madera. Aquí se exponen distintos modelos de sierras y serruchos, además de azadas y otras herramientas de cultivo.
Seguimos por territorio de instrumentos usados para abrir la tierra: un arado romano y yugos a los que uncieron distintas especies compañeras del hombre. Frente a ellos se instala el mecanismo principal de una noria, que logró que el hombre se adentrara en el mundo de las aguas subterráneas. Más allá, junto a otra de las grandes piezas del museo una piedra de afilar, el fuelle de una fragua….; comienza el paisaje de la ganadería, tan importante en estas sierras. Zahurdones de piel, vasijas de cuerno y cencerros, junto a objetos para la quesería, nos pasean por esa actividad del hombre trashumante.
Los materiales se van haciendo más complejos. Todo este sector del fondo del museo se extiende entre recipientes cerrados: cántaros de barro y de hojalata, damajuanas, botijas y botijos nos muestran que nunca fue lo mismo almacenar unos líquidos que otro, sus nombres fueron masculinos o femeninos según esas vocaciones.
Mucho más queda por ver, y entre ellos, dos buenos trillos, minerales de esta sierra y herramientas para tal fin, romanas, albardas, muebles, cerraduras, cestos, lámparas, candiles,….
Objetos que son mucho más que cosas, porque tienen el alma de las gentes que construyeron los paisajes del roble.
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Casi con un pie en Portugal y otro en Extremadura, Navasfrías es la ventana más abierta de la comarca de El Rebollar. El museo Etnográfico refleja esas relaciones antiguas con vecinos levemente distintos.
Se encuentra en la PLAZA MAYOR, 1, en el edificio del Ayuntamiento.
Este museo cuenta con un fondo que supera las 600 piezas, abarcando todas las facetas de la vida rural. La variedad que observamos en piezas que podrían ser casi idénticas nos habla de la evolución de las herramientas. Bien lo sabia Don Manuel Ramos Andrade, hijo pródigo y benefactor de Navasfrias, que promovió entre sus habitantes la recogida de todo este patrimonio.
Si empezamos el recorrido en sentido contrario a las agujas del reloj, lo haremos por uno de los materiales que utilizó el hombre: la madera. Aquí se exponen distintos modelos de sierras y serruchos, además de azadas y otras herramientas de cultivo.
Seguimos por territorio de instrumentos usados para abrir la tierra: un arado romano y yugos a los que uncieron distintas especies compañeras del hombre. Frente a ellos se instala el mecanismo principal de una noria, que logró que el hombre se adentrara en el mundo de las aguas subterráneas. Más allá, junto a otra de las grandes piezas del museo una piedra de afilar, el fuelle de una fragua….; comienza el paisaje de la ganadería, tan importante en estas sierras. Zahurdones de piel, vasijas de cuerno y cencerros, junto a objetos para la quesería, nos pasean por esa actividad del hombre trashumante.
Los materiales se van haciendo más complejos. Todo este sector del fondo del museo se extiende entre recipientes cerrados: cántaros de barro y de hojalata, damajuanas, botijas y botijos nos muestran que nunca fue lo mismo almacenar unos líquidos que otro, sus nombres fueron masculinos o femeninos según esas vocaciones.
Mucho más queda por ver, y entre ellos, dos buenos trillos, minerales de esta sierra y herramientas para tal fin, romanas, albardas, muebles, cerraduras, cestos, lámparas, candiles,….
Objetos que son mucho más que cosas, porque tienen el alma de las gentes que construyeron los paisajes del roble.
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