Guía de Monumentos
RUTAS DE SENDERISMO:
RUTA: SIERRA MINAS


Distancia: 24 kilómetros
Dificultad andando: Alta
Tiempo andando: 6,4 horas (6horas y 24 minutos)
Dificultad en bici: Media
Tiempo en bici: 3,2 horas (3 horas y 12 minutos)

Abandonamos Navasfrías por el puente del Bardal y cogemos el primer camino de tierra a la derecha. Al llegar a la altura de la plaza de toros cogemos otro camino que vuelve a salir a la derecha, seguimos de frente al llegar a un pequeño molino de viento y al llegar a la altura del Río Ladrón cogemos un camino a la izquierda.

A través de este Camino de La Fuente Grande entre robles, pinos, y paredes de piedra, llegamos a las Casas de Isidorón y de Marcelo. Atravesando una portera canadiense entramos en El Pastizal, monte vecinal destinado al ganado vacuno. Entramos entonces en un nuevo camino que bordea el pastizal, lo cogemos hacia la derecha, bajando hacia la Casa de Turronito. Allí atravesamos una portera canadiense para coger un camino a la derecha. Unos 30 metros más adelante cogemos otro a la izquierda adentrándonos en un magnifico pinar de Pinus pinaster, el cual destaca por su extensión y por lo bien cuidado que se encuentra. Este camino nos lleva hasta las Minas.

Estas antiguas minas de casiterita, wolframio y piritas de hierro son un auténtico mirador natural de toda la sierra de Navasfrías y conforman un paisaje muy peculiar, con galerías destruidas, pozos excavados a cielo abierto, depósitos de derrubios y abundantes afloraciones graníticas y de pizarra.


Allí se encuentra La Casona de las Minas, de reciente restauración, que sirve de albergue, museo y centro de interpretación. Además existen en Las Minas varias zonas de baño y dos áreas recreativas llamadas: Río Rubios y La Sentada Morales; y cuatro galerías visitables.
Desde 1916 hasta 1975 se realizó aquí una intermitente pero intensa actividad minera para explotar los minerales de estaño (casiterita) y wolframio (wolframita) de los filones incluidos en el granito. La extracción del mineral se realizaba mediante el proceso de arranque con explosivo, trituración y concentración, y en ello trabajaba la mayor parte de la población de Navasfrías, mujeres y niños incluidos, organizados en brigadas formadas por grupos de tres a siete personas.





El destino principal del estaño era la fabricación de hojalata (chapa de acero recubierta de estaño) usada fundamentalmente para la elaboración de envases, mientras que el wolframio se utilizaba para la fabricación de aleaciones de acero, dando lugar a materiales con una gran resistencia a los impactos, muy importante para la industria militar, sobre todo durante la Segunda Guerra Mundial.

Actualmente podemos visitar las galerías de El Pozo Hondo, La Sentada Morales, El Pozo de las Vacas y La Segunda recientemente rehabilitadas. La segunda de ellas con una longitud de más de 200 metros.

Continuando ahora el camino por el que llegamos a las minas hasta el primer camino que sale a la derecha llegamos a un viejo puente de madera que cruza el río Rubiós donde se ha habilitado un tramo del río para la práctica del Bateo de Oro.

Volvemos al camino principal para pasada la Casa de Beyanco tomar un camino a la derecha que sube hacia la sierra. El paseo sigue siendo entre pinos durante otro par de kilómetros hasta llegar a la explanada de las torres donde podremos visitar varios de los típicos chozos de la sierra. Primero nos encontramos con el Chozo de la Caraba, el mejor conservado gracias a una reciente restauración, y siguiendo el camino que sube paralelo al pequeño arroyo llegamos al Chozo de la Lapa, construido debajo de una gran roca o lapa, de ahí su nombre.
Desde este último chozo ascenderemos hasta el pico de Las Torres, gran mole granítica de 1.270 metros de altitud. Aquí se encontraba el antiguo castillo de Rapapelo del que hoy apenas quedan restos. Las vistas son privilegiadas, en frente el pico Jálama, a la izquierda se puede divisar casi toda la comarca de El Rebollar y a la derecha el espectacular Val do Xálima (Valle de Jálama) con su puerto de Santa Clara, ó de los castaños como se le conoce en Navasfrías, por donde discurre una antigua calzada romana, la Calzada Colimbriana, una de las vías que unían Roma con Portugal. Esta calzada se convierte en otoño en una auténtica alfombra roja con la caída de las hojas.

Desde aquí continuamos por toda la línea de cumbre siguiendo La Pared de la Nave, construcción realizada en 1975 por los habitantes de Navasfrías para tener controlado al ganado dentro de los límites municipales. Se trata de una obra casi faraónica ya que se movilizaron una gran cantidad de piedras, muchas de ellas de dimensiones brutales, llegando a alcanzar algunas cinco toneladas de peso. Solamente se utilizaron piedras para su construcción y se emplearon palancas, macetas, picos y algún carretillo de fabricación casera.

La pared se extiende durante siete kilómetros por toda la sierra desde el Puerto Viejo hasta el de Santa Clara. Pasando por el pico de El Espinazo, punto más elevado de este recorrido con 1.297 metros de altitud, y por el Alto de La Carbonera, a 1.267 metros. En este último encontramos la Fuente de la Carbonera, antiguo abrevadero destinado al ganado, lugar idóneo para reponer fuerzas. Muy cerca de allí también podemos visitar el Chozo de la Carbonera.

Continuamos andando al lado de la pared hasta llegar a una medidor de vientos, en ese punto cogeremos un cortafuegos que sale a la derecha para luego tomar el primer camino que baja a la izquierda para adentrarse en un bosque de robles. Más adelante cogemos un nuevo camino a la izquierda que pasando por la Casa de Madoro nos lleva de nuevo al Camino de La Fuente Grande. Desde aquí ya veremos el pueblo a escasos dos kilómetros.


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